La esperanza que nos motiva a seguir remando
REMAR LA BIBLIA
🚣♂️👉📖
Remando y remando, el mes de Abril, lo estamos superando y aunque no ha sido nada fácil remar, entiendo que debemos continuar porque, si dejamos de remar, la corriente nos va a arrastrar.
Ha sido en este mes de Abril que he comenzado con la travesía de Remar La Biblia día tras día.
Con la ayuda de los dos remos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, podemos superar los malos momentos. Es la palabra de Dios la que trae paz y seguridad al corazón.
Con la lectura de Génesis, y Juan, hemos tratado de avanzar, luchando contra la corriente que nos quiere hacer pensar de una manera diferente a lo que dice nuestro Señor y Capitán.
También hemos venido leyendo el Salmo 119 y tomando nuestras propias notas.
Antes de salir a remar hacemos nuestra entrada en calor:
Nos inclinamos y oramos 🛐
Nos estiramos y adoramos 🙌
Luego remamos 📖 y avanzamos 🚣♂️
Salmo 119:113-120
(Mi versión personal)
Siento un gran rechazo hacia los hombres hipócritas; pero amo tu ley.
Eres mi escudo y mi escondedero; en tu palabra cada día espero.
Malignos y perversos, apártense de mi lado, pues los mandamientos de mi Dios los tengo bien guardados.
Conforme a tu palabra, susténtame y asi viviré; no dejes que quede yo avergonzado porque en tí he esperado.
Te pido que me sostengas, y estaré a salvo, de esa forma tendré alegría en tus estatutos de por vida.
La astucia de los malos es pura falsedad. Tu has aplastado a todos los que se se han desviando de tus mandatos Sagrados.
Los impíos, en la tierra, han sido consumidos como la escoria. Por eso he amado tus testimonios.
Mi carne se estremece de temor, de tus juicios tengo miedo mi Señor.
Salmo 119:113-120
(según Gerwuer)
El Salmista está siendo muy sincero y dice que, de los juicios de Dios, tiene miedo. Mucha gente no tiene temor del Señor. No entienden que, además de ser amor, es fuego consumidor.
El escritor dice que tiene miedo porque sabe que el juicio del Señor es como el fuego. Así como la escoria termina consumida por el fuego, los hipócritas, los incrédulos, también serán consumidos, pero en el infierno.
Sigamos ahora remando un poco más con Génesis y Juan.
Remo 1
Génesis 5:6-24
6 Cuando Set tenía ciento cinco años, fue padre de Enós.
7 Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más y tuvo otros hijos e hijas.
8 Set vivió novecientos doce años y después murió.
9 Cuando Enós tenía noventa años, fue padre de Cainán.
10 Después del nacimiento de Cainán, Enós vivió ochocientos quince años más y tuvo otros hijos e hijas.
11 Enós vivió novecientos cinco años y después murió.
12 Cuando Cainán tenía setenta años, fue padre de Mahalaleel.
13 Después del nacimiento de Mahalaleel, Cainán vivió ochocientos cuarenta años más y tuvo otros hijos e hijas.
14 Cainán vivió novecientos diez años y después murió.
15 Cuando Mahalaleel tenía sesenta y cinco años, fue padre de Jared.
16 Después del nacimiento de Jared, Mahalaleel vivió ochocientos treinta años más y tuvo otros hijos e hijas.
17 Mahalaleel vivió ochocientos noventa y cinco años y después murió.
18 Cuando Jared tenía ciento sesenta y dos años, fue padre de Enoc.
19 Después del nacimiento de Enoc, Jared vivió ochocientos años más y tuvo otros hijos e hijas.
20 Jared vivió novecientos sesenta y dos años y después murió.
21 Cuando Enoc tenía sesenta y cinco años, fue padre de Matusalén.
22 Después del nacimiento de Matusalén, Enoc vivió en íntima comunión con Dios trescientos años más y tuvo otros hijos e hijas.
23 Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años
24 andando en íntima comunión con Dios. Y un día desapareció, porque Dios se lo llevó.
(Génesis 5:6-24)
Remo 2
Juan 5:19-24
19 Entonces Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: El Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve que el Padre hace; porque todo lo que el Padre hace, eso mismo lo hace el Hijo.
20 Y es que el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, para el asombro de ustedes.
21 Porque así como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo da vida a los que él quiere.
22 Pues el Padre no juzga a nadie, sino que todo el juicio se lo ha dado al Hijo,
23 para que todos honren al Hijo tal y como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
24 De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida.
(San Juan 5:19-24)
Acabamos de leer en Génesis 5 sobre lo que pasó con Enoc y realmente es algo a lo que deberíamos prestarle mucha atención.
Enoc fue aquel hombre que, en medio de su generación, busco salir a caminar con Dios. Podríamos decir que decidió remar contra la corriente, escogió como prioridad la amistad con el Señor y de pronto desapareció porque Dios mismo se lo llevó.
Algo similar pasará con todos aquellos que han creído en Jesús como Salvador. Quienes en verdad han creído que Jesús murió, resucitó y que pronto volverá, son los que han decidido avanzar en sentido contrario al de la humanidad.
Los cristianos verdaderos son aquellos que han escuchado la voz de Jesús y han respondido a su invitación de salir a caminar o remar con él en otra dirección. Todos ellos, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, serán arrebatados, se encontrarán con Jesús en las nubes.
Así lo expresa Pablo:
Tampoco queremos, hermanos, que ustedes ignoren acerca de los que duermen, para que no se pongan tristes como los otros que no tienen esperanza. Porque, si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no nos adelantaremos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por lo tanto, aliéntense los unos a los otros con estas palabras.
(1 Tesalonicenses 4:13-18)
Que nuestra alma hoy reciba un gran aliento al saber que lo mejor está por venir. Por lo tanto no nos podemos rendir, sigamos remando hasta el fin.
Abrazo fuerte 🫂 y que la bendición del Señor este contigo siempre.
Gerwuer ⛵️
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