Remando y avanzando con Génesis y Juan


Remar La Biblia

Día 8

Montag (Lunes)

🌧️🌡️13°🚣‍♂️


Aunque este lloviendo y soplen los vientos contrarios sigo saliendo a remar a diario. No me debo desanimar por el mal tiempo de este lugar. 


Hoy también salgo a remar... ¿Me quieres acompañar? Si me quieres seguir será una bendición.


Remar en buena compañía siempre es mejor porque mutuamente podemos darnos aliento y edificación. 


Entrada en Calor.

Me inclino para tener un momento de oración 🛐


Orar 🙏

Salmo 4:1 

Respóndeme cuando, clamo, oh, Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

(Salmos 4:1)


Me levanto y me estiro dando gracias y expresando mi adoración al Señor.


Adorar 🙌

Salmo 113:2-3

Bendito sea el nombre del SEÑOR desde ahora y para siempre. Desde el nacimiento del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del SEÑOR.

(Salmos 113:2-3)


Ahora me dispongo a usar los dos remos, el Antiguo y el Nuevo Testamento.



Sigo remando con la lectura de Génesis y la lectura de Juan... avanzando poco a poco, llegaré hasta el final.


Remo 1

Génesis 2:4 al 17


4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos.

5 Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra.

6 Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo.

7 Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.

8 Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado.

9 Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Y del Edén salía un río para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos.

11 El nombre del primero es Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro.

12 El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice.

13 Y el nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea la tierra de Cus.

14 Y el nombre del tercer río es Tigris; éste es el que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

15 Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.

16 Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer,

17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.

(Génesis 2:4-17)


Remo 2 

Juan 1:35 al 51


35 Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos,

36 y vio a Jesús que pasaba, y dijo: He ahí el Cordero de Dios.

37 Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.

38 Jesús se volvió, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir, Maestro), ¿dónde te hospedas?

39 El les dijo: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con El aquel día, porque era como la hora décima.

40 Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro.

41 El encontró primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido quiere decir, Cristo ).

42 Entonces lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas (que quiere decir: Pedro ).

43 Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró a Felipe, y le dijo: Sígueme.

44 Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro.

45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José.

46 Y Natanael le dijo: ¿Puede algo bueno salir de Nazaret? Felipe le dijo: Ven, y ve.

47 Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.

48 Natanael le dijo: ¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

49 Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.

50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.

51 Y le dijo: En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.

(Juan 1:35-51)


Hemos leído en Génesis capítulo 1 como Dios en el principio creó los cielos y la tierra. Es verdad que en tan solo seis días fueron creadas todas las cosas por la Palabra del Señor. 


Aquí hay algo para considerar:

Cuando Dios habló, lo que no existía existió. Cuando Dios habló, el vacío se llenó y el desorden desapareció. Cuando Dios habló, la oscuridad huyó y su luz reinó. Todo se transformó, tan solo cuan Dios habló. Si quieres que todo en tu vida cambie deja que Dios te hable.


Tenemos que recibir su Palabra si queremos ver cambios profundos en nuestra vida y en nuestra alma.


Recuerda que: Siempre que Dios habla todo cambia. Siempre que Dios interviene algo hermoso viene.


Ahora, en el capítulo 2 de Génesis, vemos que la historia se concentra en el primer Adán que fue creado en el mejor lugar donde a todos nos gustaría estar: El Paraíso terrenal.


Hemos comenzado este recorrido leyendo Juan y hemos visto la llegada del segundo Adán.


Esto es asombroso, el primer Adán nació en el Paraíso maravilloso, pero el segundo Adán nació en un establo sucio y asqueroso. 


El primer Adán comenzó su vida en abundancia plena, tenía la mayor riqueza, pero al final la desperdició y todo lo perdió. El segundo Adán comenzó su vida en pobreza total, pero al final fue quien recuperó todo lo que perdió el primer Adán.


Todos nacimos pobres y perdidos, por culpa del primer Adán, pero quienes pueden creer en el segundo Adán comienzan una nueva vida de riqueza y salvación espiritual.


El primer Adán nos heredó la condenación, pero el segundo Adán, con su muerte y resurrección, nos ofrece como heredad la salvación, si creemos y lo recibimos por fe en el corazón.


Sigamos remando juntos, día tras día, leyendo siempre la Biblia y buscando aprender del Segundo Adán, aquel que nos salvo de la ruina en la que el primer Adán nos dejó.


Abrazo fuerte 🫂 

Gerwuer 


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