Una verdad que es tan clara, pero, al mismo tiempo, tan despreciada.


“El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

(Juan 3:36)

REMAR LA BIBLIA

Samstag (Sábado)

☀️🌡️1°🚣‍♂️


¡Hola! ... ¡Bienvenida o Bienvenido! ¡Qué bueno es contar con tu amistad y tu compañía en este recorrido!.


Remando y remando hemos ido avanzando en este libro tan amado. Hoy llegamos al tercer sábado en esta nueva rutina de Remar la Biblia.


Espero que tengas los dos remos preparados y el cuaderno de notas para poder registrar todo lo que puedas encontrar. 


Comenzamos, como siempre, con la entrada en calor:


Nos inclinamos para orar 🛐

Nos estiramos para adorar 🙌


Ahora nos tomamos un momento para leer unos versos del Salmo 119.


Estoy escribiendo mi versión personal de este Salmo, como si fuera yo el que está orando. Te recomiendo que hagas lo mismo y escribas en tu cuaderno las palabras del Salmista. Esto te ayudará a preparar la mente y el corazón para remar mejor.


Salmo 119:65-72

(Mi versión personal)


Oh Señor, tu has tratado muy bien a tu siervo, conforme a tus promesas. Concédeme buen juicio, sabiduría y conocimiento, pues creo en todos tus mandamientos. 


Antes de haber sido humillado, andaba descarriado, mas ahora guardo tu Palabra y la amo.


Tú, que eres bondadoso, y has sido bueno conmigo, enséñame a marchar por tus caminos.


Aunque los soberbios mientan y me sigan difamando, tus Palabras en mi corazón seguiré guardando. Ellos están con el corazón cubierto de grasa, no tienen sentimientos, pero yo me regocijo en tus mandamientos.


Me vino bien haber sido humillado, para que aprenda a guardar tus estatutos amados. Ahora, tu Palabra es para mi un gran tesoro, tu enseñanza vale más que la plata y el oro.


Salmo 119:65-72 (según Gerwuer)


Me siento muy identificado con las palabras del Salmista. No puedo negar que Dios también me ha mostrado su bondad, y su amor que no tienen comparación. Cuando estaba descarriado, como la oveja perdida, él vino a buscarme y salvó mi vida.


Me dispongo en esta hora a remar con Génesis y Juan🚣‍♂️


Hoy haremos un rápido repaso de algunas cosas que ya hemos visto a lo largo de estas tres semanas.

 

Remo 1

Génesis 1:1, 26 al 29, 2:15-17, 3:4-11, 21-24

(Leemos todo sin la división por versículos)


En el principio creó Dios los cielos y la tierra...


Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.»


Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.»


Y dijo Dios: «He aquí que os, he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.»


Tomó, pues, el Señor Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó el Señor Dios al hombre, diciendo: 


«De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás...


Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 


Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol, codiciable para, alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el, cual comió así como ella.


Entonces fueron abiertos los, ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y, se hicieron delantales. Y oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre, los árboles del huerto. Mas el Señor Dios llamó al, hombre, y le dijo: «¿Dónde estás tú?» 


Y él respondió: «Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.»


Y Dios le dijo: «¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual yo te mandé que no comieses?


Y el Señor Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.


Y dijo el Señor Dios:

 

«He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.


Y Dios, el Señor, sacó al hombre del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una, espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.


(Génesis 1:26 al 29, 2:15-17, 3:4-11, 21-24)


Remo 2

Juan 1:1,14, 2:23-25, 3:1-3, 13-16, 22-36

(Leemos todo sin la división por versículos)


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios...


Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.


Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.


Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 


Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios...


Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba. Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados. Porque Juan no había sido aún encarcelado.


Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.


Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.


Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.


El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.

Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.


(Juan 1:1,14, 2:23-25, 3:1-3, 13-16, 22-36)


Todo lo que acabamos de leer es como un repaso de los eventos principales.


Cuando llegamos a entender con claridad lo que sucedió en el Jardín del Edén, podemos comprender por qué fue necesario que Jesús naciera aquella noche en Belén.


En los tres primeros capítulos del Génesis vemos el origen del universo. Dios todo lo había hecho bien. Todo era muy bueno al comienzo.


Podríamos decir que el hombre y la mujer fueron recibidos en el hogar que Dios les había preparado. Allí tenían absolutamente todo para vivir. No tenían muchas leyes que seguir, tan solo había una limitación, una prohibición. Todo lo demás estaba a su entera disposición.


¿Te puedes imaginar lo que habrá sido vivir en el Eden? 

Ellos tenían un hogar precioso, vivían en el paraíso real y además estaban a cargo de este lugar. Tenían trabajo, pero no era algo agotador. Tenían paz en el corazón. Disfrutaban de la amistad con Dios. Estaban muy seguros y realizados. Eran protegidos, eran amados, pero todo eso lo perdieron en un solo día cuando decidieron buscar una sabiduría que les estaba prohibida.


Vuelvo a decir lo mismo que dije ayer:


Estos dos seres humanos llegaron a entender muy tarde en la vida que era verdad todo lo que Dios les decía. 


Luego vemos en los 3 primeros capítulos de Juan como Dios cumplió su promesa de enviar un Salvador. 


Jesús vino para ser el único restaurador, el reconciliador, el mediador. Fuera de Jesús no hay ninguna opción de recuperar la relación con Dios. 


Jesús es quien nos brinda a los seres humanos la oportunidad de recuperar aquel precioso lugar que nos quitó Satanás.


El problema que enfrentamos es que los seres humanos todavía dudamos y desconfiamos del amor de Dios.  Seguimos creyendo en la mentira de Satanás. Seguimos pensando que Dios nos miente y que nos está limitando con todas sus leyes, cuando realmente es su verdad la que nos trae plena libertad.


Quiero cerrar esta lectura de hoy destacando lo que dice Juan y te invito a pensar en esto con mucha atención:


“El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

(Juan 3:36)


En otras palabras:

Cualquiera que deposite su confianza en Jesús, el Hijo de Dios, tiene vida eterna, pero cualquiera que se niegue a creer en Jesús, no podrá experimentar la vida eterna, sino que permanece por siempre bajo la condenación de Dios.


¿Por que seguir dudando?

¿Por que seguir buscando otro camino para ser salvos?


Mi deseo es que, al seguir remando la Biblia diariamente, podamos seguir desarrollando la fe y entendiendo bien la verdad para poder compartir este mensaje con muchos más.


Abrazo fuerte y a seguir remando contra la corriente.

Gerwuer ⛵️ 



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